Después de unos días de descanso, haber visto paisajes nuevos, convivir con la naturaleza, cargarse de energía, tocar y ser tocado por plantas, sentir cada bocanada de oxigeno que inunda cada parte de mi cuerpo, después de haber puesto a prueba mi resistencia física y consentir mi cuerpo como mi templo más sagrado, haber renovado mi energía y haber pulido mis sentidos, puedo decir... me siento mejor que ayer!
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